jueves, 20 de enero de 2011

...nosotros lo intentamos y no siempre lo logramos.

Poco a poco el nuevo año va entrando en normalidad, acaban las vacaciones, los inventarios, los descansos y empiezan los planes, los colegios y las universidades, vuelve la cotidianidad y todos tienen la esperanza de pasar un buen año, yo también aunque lo siento incierto, no tengo indicio alguno de como podre acabar el año, la evolución de la enfermedad genera sólo incertidumbres, por lo que será parte de mi existencia lidiar con la incertidumbre vital, el pasar los días sin saber la proximidad o la lejanía del final, nadie sabe cuando ni como será su final, la única diferencia en mi caso es que convivo con la amenaza que dentro mio evoluciona caprichosamente para acabar con mi vida, así las enfermedades fatales son el enemigo que convive contigo, tienes que luchar contra él dentro de ti mismo, todos los días ganas o pierdes las batallas, un día amaneces bien, con ánimo, otro decaído y desanimado según el resultado de tus batallas, de donde sacar fuerzas para no desfallecer, cómo hacer para mantener el ánimo firme, seguramente en el camino encontrare la respuesta y ojalá no sea demasiado tarde.

Pero además de lidiar con mi enemigo interno hay otras cosas que no dejan de preocuparme y son quizá las cosas mas importantes que mi enfermedad, lo primero y lo mas importante, mi familia, como enfrentaran cada uno de ellos el año, sus desafíos y retos serán asumidos del mejor modo posible, lucharan integramente por sus anhelos y sueños, no serán presa de la derrota, como podre ayudarlos, escucharán mis consejos, pasarán por alto las advertencias, serán prudentes pero firmes, cómo saberlo, mientras esté presente sabrán que cuentan conmigo, después el recuerdo sólo puede acompañar, quizá acordarse de algún hecho, una conversación o una simple actitud que los llame a al reflexión, pero no mucho mas. Esto me genera angustia, quisiera saber como estará mi familia sin mi presencia, será que la ausencia la llenan con unirse más, comprenderse mejor, o será que se alejan entre ellos, cada uno se encierra en su intimidad, se rompe el equilibrio y viene el desencuentro, espero que no suceda nada de esto, creo que con todas mis falencias siempre les he inculcado la unidad, pero las ausencias a veces se llevan también los valores que creíste dejar plantados y vienen otros mas nuevos, lamentablemente no siempre mejores, pero así es el mundo adoptamos nuevos valores a nombre de la modernidad, nos libramos de prejuicios y tabús, así también somos mas tolerantes a muchas imposturas e inconductas, cómo saber el límite entre mejorar y resignar, bueno esa es la pelea diaria en la construcción de nuestro sistema de valores, tanto los individuales, los íntimos, así como los colectivos, los sociales, los que vamos asumiendo mancomunadamente, aquellos que nos permiten entender luego a nuestra sociedad, tan contradictoria y compleja, pero es la que tenemos o mejor es en la que nos toco vivir y optamos por quedarnos en ella, al final cualquier reclamo remitirse a tu colección de recuerdos, en algún momento decidiste y te quedaste, de pronto en ese momento era conveniente y ahora ya no, que pena fue nuestra opción, pero también es probable que no tengamos nada que reclamar sabíamos donde y porque nos quedamos, quizá no del todo satisfechos, pero conformes, de mi parte me quede para pelear, estaba lleno de profundas convicciones, creía en la gente, di lo mejor de mi, no perdí mi compromiso, me jugué por lo que creía, cometí errores, sobrelleve mis derrotas, aporte cuanto pude y no desmaye para seguir adelante, pero también fui poco intransigente y permití que nos robarán los sueños, que se apropiarán de nuestros triunfos y se aprovecharán de nuestra desidia e ingenuidad, en el inventario final también tendré que anotar que permitimos la traición a nuestras ilusiones y valores.

También me preocupan mis amigos, aquellos que no me abandonaron, los que siempre estuvieron ahí, dispuestos a darte la mano, esos seres entrañables que la vida te los pone en el camino para que te acompañen y te protejan, los que nunca reclaman y siempre se brindan, creo que no tendré ni tiempo ni ocasión de darles una mano, de agradecerles, de acompañarlos en sus desventuras, ni de compartir sus sueños conquistados, seguramente me iré en deuda con ellos y eso me preocupa, debo confesar que soy un privilegiado, he recibido tanto para lo poco que he dado, en el inventario final tendré que anotar que dejo deudas a mis amigos, por ahora pretendo cancelarlas pidiendo a Dios los bendiga y los proteja, cuando no esté, sólo serán deudas y recuerdos y cuando vuelvan a la memoria ojalá provoquen siempre una sonrisa, así deberían calificarse las buenas amistades, aquellas que son capaces de quedarse en los recuerdos y cuando las traes a la memoria dibujan una sonrisa en tu rostro.

Aunque no quise poner comentarios o reflexiones "políticas" en este blog, también me preocupa el futuro del país, éste por el que en algún momento de nuestra existencia decidimos adoptar y optar, éste por el que nos comprometimos alguna vez y para siempre, éste en el que seguramente se quedarán nuestros hijos y optarán por él, éste país que tantas alegrías y tristezas nos ha dado, hoy lo veo tan inmaduro, tan ingenuo, sigue sin encontrar su camino, sigue siendo presa de la impostura, la ignorancia y el engaño, no encuentra la fórmula para progresar, se sigue rezagando y lo grave es que no siempre se da cuenta de ello, sigue saldando sus cuentas con el pasado y no se pone de acuerdo para construir el futuro, será que nuestros hijos fracasan menos que nosotros, en el inventario final tendré que anotar que pese a mi compromiso y mis convicciones y de tantos otros mas, no avanzamos lo suficiente, tuvimos mas fracasos que éxitos, cuando ya no esté mas el recuerdo será muy breve y el país tiene una muy mala memoria, en cualquier caso por ahora soy poco optimista sobre el futuro, me temo mucho que la pobreza y la desesperanza todavía seguirán presentes y campeantes en nuestro futuro.

Por último, en el inventario final tendré que anotar que se necesita mucho esfuerzo y tesón para dar un paso adelante en la vida, se necesita mucho valor para no dejarse vencer por la frivolidad y la vanidad, se necesita mucha sabiduría para cometer pocos errores, se necesita mucho amor para tener pocos momentos de felicidad, se necesita mucha paciencia y perseverancia para triunfar, pero a mi me falto bastante de todo esto, al final fui tan débil, como egoísta, mis esfuerzos no fueron suficientes y mi voluntad no fue tan fuerte, mis debilidades no siempre fueron superadas y mis empeños no siempre fueron intransigentes, dejamos pasar tantas cosas y fuimos cómplices de tantos traidores, por desidia y por comodidad, pese a todo puse lo mejor de mi, ahora me doy cuenta no fue suficiente, se necesitaba además de compromiso y convicción de una voluntad de hierro y eso no siempre se tiene, ojalá nuestros hijos tengan mas éxito para superar sus debilidades, nosotros lo intentamos y no siempre lo logramos.

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